sábado, 23 de febrero de 2013

¿Conoces tu elemento?


No es fácil descubrir quién eres. Es más, me atrevería a decir que saber quién somos realmente es una de las tareas más difíciles que hay, estando como estamos escondidos de nosotros mismos bajo capas y capas de condicionamientos de todo tipo: emocionales, culturales, sociales, educativos, de personalidad, etc…. Aunque ya te advierto que para entrar en esas capas más profundas necesitarás ayuda externa. 
Pero como llegar a ese conocimiento profundo puede requerir más tiempo y esfuerzo del esperado, está bien que podamos ir haciendo aproximaciones a ese camino, como si nos fuéramos entrenando y estuviéramos poniendo nuestro cuerpo y mente a punto.  Porque lo más importante, lleguemos a dónde lleguemos en ese camino de autoexploración es estar en el camino, andar el camino. Que el conocimiento nos encuentre en movimiento. Y una de las búsquedas de ese camino es lo que Sir Ken Robinson llama en su libro El elemento, encontrar nuestro elemento.
Encontrar nuestro elemento no es asunto baladí. Algunas personas ya lo han encontrado y disfrutan plenamente de la actividad o actividades que realizan en contacto con su elemento. Están en la zona o como he hablado en otras ocasiones, logran estar en flujo con lo que hacen. Otras no lo han hecho o tal vez perdieron ese contacto en algún momento de su “socialización”. Porque los principales obstáculos a que encuentres y desarrolles tu elemento son tres: tus propios miedos, el grupo social y la sociedad en general. La sociedad dice querer gente libre y feliz, pero en realidad quiere personas sumisas y adaptadas al sistema.
Puede que te estés preguntando qué es exactamente el elemento. Según Robinson, el elemento es ese lugar interno en donde convergen las cosas que nos gusta hacer y lo que se nos da bien, un punto de encuentro entre las aptitudes personales y las inclinaciones personales, un lugar en el que puedes sentirte tu mismo y sobre todo sentirte vivo. Es además ese espacio interior en dónde se une la capacidad y la vocación. La capacidad sería una facilidad natural para hacer alguna cosa. La actitud tendría que ver más con un punto de vista de tipo emocional: como miramos nuestra situación, cuánto y cómo sentimos que podemos hacer algo. Y necesitamos además para que eso suceda, para que encontremos nuestro elemento, que tengamos la oportunidad de encontrarlo en el entorno. O bien que seamos capaces de crearla. En palabras de Robinson es un proceso en que se pasa por estas fases: Lo entiendo, me encanta, lo quiero, dónde está.
¿Qué puede ser el elemento? Cualquier cosa: escribir, pintar, cocinar, hacer zapatos, ser matemático, bailar, construir casas, ser ebanista, escuchar a otros, etc… Cualquier cosa en la que te sientas como explicaba en el párrafo anterior. Hay personas que tienen un solo elemento y otras que tienen varios. Todas las opciones son buenas mientras en algún momento, estés en flujo, estés conectado y en la zona.
¿Es obligatorio encontrar tu elemento? Por supuesto que no! Nada lo es. Pero si lo haces, encontrarás un lugar en dónde todo tu Ser fluye, en dónde parece que se abre un canal y se junta el cielo y la tierra, en dónde la vida se expresa a través de ti mismo y todo parece formar parte de un orden natural. Espacio y tiempo fluyendo en sintonía con tu interior. Un espacio en dónde la libertad de ser tu mismo es posible.
¿Crees que te mereces descubrirlo?¿Conoces tu Elemento? 






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lunes, 18 de febrero de 2013

La necesidad de vivenciar el dolor

Se habla frecuentemente del pensamiento positivo y realmente creo que es algo muy útil y a tener en cuenta en muchos momentos. Pero no debemos olvidar que en la vida también hay dolor, momentos de sufrimiento. Parece casi un tabú hablar en nuestra sociedad de eso, pero es una realidad que en algún momento nos tocará pasarlo mal.


Y cuando eso sucede, lo peor que podemos hacer es tratar de evitarlo, hacer como que no pasa, negarlo. Los grandes maestros dicen que “no evites el dolor, pues al pasar por él acabarás trascendiéndolo“. El dolor mental o emocional es en realidad el apego a conceptos falsos, es el empeño en creer que las cosas han de ser como nosotros queremos y no como son en realidad. En esa lucha contra la realidad, gastaremos mucha energía y es una batalla perdida de antemano. Cuando en cambio, lo aceptamos como parte de la vida, como una lección más que nos toca aprender, como un mensaje del Universo, o de nuestro cuerpo, o de nuestra mente, o de nuestras relaciones con los demás, está empezando la curación.

Como siempre digo y pienso, los hechos son los que son, lo único que puedes cambiar es el modo en que te lo tomas. Como dice la frase budista: el dolor es inevitable, el sufrimiento opcional. Y si haces eso puedes llegar a conseguir un estado de felicidad interna, un estado de felicidad más allá de las circunstancias, intrínseco al hecho de estar vivos y a la aceptación de lo que te depara la vida como parte de tu camino de aprendizaje. Mientras sigues aprendiendo, estás viv@.






¿Te niegas a aceptar las situaciones dolorosas de tu vida? ¿Crees que son dolorosas en si mismas o lo son por el modo en que te las tomas?¿Qué puedes aprender de ellas?









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jueves, 14 de febrero de 2013

La eternidad en una hora de tu vida


"Mira el mundo en tan solo un grano de arena…

mira el cielo en un campo florido,

guarda el infinito en la palma de tu mano,

y la eternidad en una hora de tu vida"

William Blake






Una frase que a diario oigo y que me pone los pelos de punta es " Tengo prisa o No tengo tiempo o Necesito días de 36 horas".
Y una de las actitudes que más veces podemos ver es la de personas corriendo de un lado a otro, galopando por las escaleras,corriendo para arañar unos escasos minutos al reloj. Impacientándose ante el semáforo en rojo. Tal vez para llegar a otro lugar en el que seguirán corriendo. Y yo me pregunto: ¿es realmente necesario correr tanto? ¿con que fin?

Ya hace algunos años surgió el movimiento del Slow Down, que tiene incluso pueblos acogidos a esa filosofía, en los que básicamente se vive en una escala de tiempo humana, sin prisas, dedicándole a cada cosa el tiempo que se merece. Y por qué no, un poco de carpe diem.

Tal vez no hace falta irse a ese extremo pero sí que es muy importante ser consciente que el exceso de prisa, el lo quiero para ayer y la sensación de aceleración de nuestra vida diaria puede desembocar fácilmente en una situación de estrés. Actitudes probablemente inútiles, ya que al final, tendremos que dedicarle a cada tarea el tiempo que requiera.

Se trata de como se decía antiguamente, ir sin prisa pero sin pausa. Podemos hacer las cosas, pero sin darles urgencia, dedicando el tiempo necesario. Y sobretodo no debemos olvidar que el hacer no nos ha de impedir el vivir, el disfrutar de cada momento, de cada cosa.

No voy a poner una lista de las cosas que nos perdemos cada día mientras corremos de una lado a otro, mientras hacemos una cosa y con la cabeza en otra, ya que creo que es una reflexión que debe hacer cada uno de manera individual, si es que quiere saber qué se está perdiendo. Porque es muy probable, que cuando llegue ese futuro en donde se supone que podrás descansar, en donde tendrás tiempo para saborear cada instante, sigas corriendo o bien descubras que ese futuro no era como tú te esperabas. Y sería una lástima haber perdido tantos buenos momentos por el camino. Porque es posible que si vives para trabajar , incluso aunque disfrutes mucho de ello, te estarás perdiendo muchos momentos de otro tipo de felicidad.

Porque como dijo Unamuno: “Lo más urgente es lo de ahora y lo de aquí. En el momento que pasa y en el reducido lugar que ocupamos, está nuestra eternidad y nuestra infinitud.”

Y tal vez pienses que esa no es la sociedad en que vivimos, pero recuerda que la sociedad la hacemos todos y cada uno de nosotros. Y cada momento que se va, cada instante único e irrepetible, es algo que sólo tu ganas o pierdes. Y se que no es fácil desacelerar, pero hacerlo o no dependerá de cuál sea tu escala de valores. Tú eliges.

Y tú ¿a que te dedicas? ¿A correr de un lado a otro o a saborear el momento? Si estuvieras en tu lecho de muerte y te dieran la oportunidad de revivir un momento de tu vida: ¿cuál elegirías?







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sábado, 9 de febrero de 2013

12 razones para conocerte a tí mism@

La frase “conócete a ti mismo”, inscrita en el templo de Apolo en Delfos en el siglo V a.c, refleja la necesidad atemporal, que tenemos los seres humanos de explorar nuestra realidad interior. Muchas son las razones de esta necesidad. Aquí intentamos abordar algunas de ellas.

1. Vas a vivir contigo toda la vida

Empezamos por una que puede sonar a obviedad, pero que es así y así seguirá siendo. Puedes escapar de muchas situaciones y personas en esta vida, pero de lo que seguro que no puedes huir es de ti mismo. Por tanto, ya que va a estar siempre contigo mismo, mejor saber quién eres.

2. Puedes conocer tus verdaderas motivaciones

Muchas veces nos encontramos haciendo cosas sin saber muy bien por qué. En algún momento nos parecieron una buena idea, tal vez sin demasiada reflexión y seguimos ahí, aún cuando es posible que eso ya no tenga ningún sentido para nosotros. Conocerse permite saber qué te motiva realmente.

3. Evitarás vivir una vida que no te corresponde

Muchos, viven un guión, que otras personas (sus padres, personas de referencia, profesores, sociedad..) han escrito inconscientemente para ellos. Y por tanto, hacen aquello que los demás esperan que hagan, no lo que de verdad anhelan. Conocerte a ti mismo te permite vivir tu propio guión de vida y no el que otros te han escrito.

4. No tendrás que arrepentirte en el fin de tus días

Al conocerte a fondo habrás vivido una vida más coherente con tus anhelos profundos y por tanto no echarás de menos el no haber tenido el valor de salir de tu zona de confort para vivir una vida más plena. Bronnie Ware, una enfermera australiana de cuidados paliativos, cuenta en su libro ‘Los Cinco Arrepentimientos de los Moribundos‘, que el principal arrepentimiento es “ojalá hubiera tenido el coraje de hacer lo que realmente quería hacer y no lo que los otros esperaban que hiciera“.

5. Podrás aprender de tus errores

Equivocarse es humano, pero también lo es permanecer en el error e incluso repetirlo. Tenemos una tendencia a repetir errores, a sentir el eterno retorno de la misma dificultad. Muchas veces eso sucede por un desconocimiento de las propias motivaciones, de los propios deseos o por tener unos objetivos difusos. Cuando te conoces bien, sabes cuál es el error que repites y qué hacer para salir de él.

6. Tendrás mejores relaciones

Para relacionarte de un modo sano y profundo con los demás, lo primero que tienes que hacer es saber quién eres. De lo contrario, muchas relaciones las mantienes para satisfacer necesidades que en realidad ni tienes y son relaciones  por tanto que no te llenan.

7. Te importará bastante poco lo que opinen los demás de ti

Siguiendo con el punto anterior, cuando no te conoces te afecta mucho más lo que los demás puedan pensar de ti, pues de algún modo ese “pensamiento ajeno” te define. Eso carece de importancia cuando sabes quién eres.

8.Estarás en congruencia

No se puede ser totalmente congruente de pensamiento, emoción y acción, si no sabes quién eres. Así de claro. Y no hay atajos para conseguirlo.

9. Disfrutarás más del día a día

Estar presente en el día a día es una tarea difícil por las diferentes obligaciones de la vida cotidiana. Pero cuando sabes quién eres y qué quieres, es mucho más fácil priorizar y escoger aquello que te hace sentir bien.

10. Vivirás más tranquilo y con menos esfuerzo

Siguiendo con el punto anterior, esa capacidad de elegir aquello que te interesa y te llena, te hace sentir más relajado, con menos estrés y te ayuda a no realizar esfuerzos innecesarios, que no van a ninguna parte.

11. Te sentirás más libre

Una de las consecuencias de conocerse, es sentirse más libre, ya que muchas de las ataduras que tenemos son falsas, ocasionadas por intentar aparentar algo que no somos o encajar en lo que los demás esperan de nosotros. Conocerse es liberador. Y la sensación de libertad es refrescante.

12. Serás más feliz

Y como consecuencia de todo ello y de todos los puntos expuestos, vas a ser más feliz. No perseguir un falso ideal, te acerca ti mismo y a tus verdaderas necesidades.







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lunes, 4 de febrero de 2013

Colaboracion con Vainilla de mujer

El universo femenino es amplio y complejo. Muchos son los temas que nos interesan a nosotras, las mujeres: Salud, belleza, deporte, alimentación, maternidad, cultura, sociedad, viajes, decoración... ¡La lista es larga!

De la necesidad de dar voz a todas aquellas mujeres con ganas de exponer al mundo sus puntos de vista nació "De mujer a mujer", un espacio íntimo, entre amigas, entre mujeres...

El grupo que forma este blog es amplio y está integrado por mujeres con distintas sensibilidades y opiniones del mundo que nos rodea:


Me siento afortunada de poder colaborar con vainilla de mujer.Si quieres ver quienes colaboramos aquí te dejo el enlace:
Vainilla de mujer







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