viernes, 16 de noviembre de 2012

El cuento del tigre-oveja.¿Te atreves a ser quien eres?

El primer paso para salir de un problema, es darte cuenta de si aunque sea en un grado leve, has aprendido algún tipo de “indefensión” que puede manifestarse en frases o pensamientos del tipo: si ya lo he intentado, es que haga lo que haga no funciona, es que mi situación es peor que la de otros, es que mi caso es especial, es que yo soy así, es que para mí no vale, etc… Es atreverse a darse cuenta de cuáles son tus límites mentales, cuál es tu cárcel mental.

No es fácil salir de esa cárcel autoimpuesta y muchas veces necesitamos que desde afuera alguien nos ayude a darnos cuenta de quiénes somos realmente y nos de un pequeño empujón hacia adelante.

Hoy te traigo este cuento de la India que me ayudará a explicarte mejor lo que te quiero contar hoy...


Después de atacar a un rebaño, una tigresa dio a luz en las inmediaciones y poco después murió, dejando a su cría sola. El cachorro fue aceptado como uno más del rebaño y creció entre las ovejas y llegó él mismo a tomarse por una de ellas. Así mismo, como una oveja llegó a ser considerado y tratado por el rebaño. Era sumamente apacible, pacía y balaba, ignorando por completo su verdadera naturaleza. Así transcurrieron algunos años.Un día llegó un tigre hasta el rebaño y lo atacó. Se quedó estupefacto cuando comprobó que entre las ovejas había un tigre que se comportaba como una oveja más. No pudo por menos que decirle:
–Oye, ¿por qué te comportas como una oveja, si tú eres un tigre?
Pero el tigre-oveja baló asustado. Entonces el tigre lo condujo ante un lago y le mostró su propia imagen.
Pero el tigre-oveja seguía creyéndose una oveja, hasta tal punto que cuando el tigre recién llegado le dio un trozo de carne ni siquiera quiso probarla.
-Pruébala -le ordenó el tigre.
Asustado, sin dejar de balar, el tigre-oveja probó la carne. En ese momento la carne cruda desató sus instintos de tigre y reconoció de golpe su verdadera y propia naturaleza.

Como en el cuento, nos hemos pasado tanto tiempo aferrados a nuestro personaje, que ya no sabemos quiénes somos ni cuál es nuestra verdadera naturaleza. Nos creemos incapaces de hacer ciertas cosas porque nos hemos convencido de que nosotros no somos así o de que no tenemos esas capacidades. Estamos aferrados a nuestras creencias limitadoras. Las crisis se producen cuando ese Yo ideal ha agotado los recursos que tiene y nos hace creer que ya no tenemos más recursos con los que luchar. Por eso a veces necesitamos un “tigre” que nos muestre quiénes somos realmente y cuáles son nuestras fortalezas. Que nos muestre que la libertad de ser quién realmente somos es posible.

1 comentarios:

una buena reflexion y que poca jente conoce

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