Hay algunas personas que en determinados momentos parecen encontrar consuelo diciéndonos que somos completamente indispensables para que su vida sea posible.
Pero no es necesario tomarles en cuenta porque no es verdad... No es así en absoluto.
No existe nadie con ese poder y por fortuna no tenemos las potestades para otorgar por libre tremenda responsabilidad a otro ser humano.
Cuando expresamos este sentimiento realmente nos hemos convertido en lobos con piel de cordero. Estamos delegando nuestro poder en el otro... que por cierto también tiene muchos asuntos propios que resolver.
Es muy posible que lo hagamos por miedo, pero es egoista intentarlo, es inarmónico, por lo que no es bueno para nosotros mismos, ni para el otro... Y tampoco es un buen principio para construir una relación sana, acogedora y positiva.
Las personas que no conducen su propia vida y no se hacen responsables de ella construyen relaciones en donde la manipulación y el victimismo son los principales combustibles.
Pero es bueno recordar que eso no es amor, ni amistad, ni nada de lo hermoso que pueden tener los sentimientos humanos compartidos, por muy frágil que aparenten ser incluso ante si mism@s...porque es una estrategia que carece por completo de compasión y empatía.
Esta manera de actuar es simplemente otra más de las máscaras del ego, y no es necesario enfadarse con las personas que lo intentan.
Lo mejor es ,desde mi punto de vista, independientemente de la relación que nos una al otro y de lo involucrados que decidamos estar... declinar cariñosa y firmemente semejante poder para obligarle a buscar un camino más enriquecedor, si lo que desea es disfrutar de la mutua compañia en algún tramo del viaje de la vida.
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