lunes, 18 de junio de 2012

¿Evolucionas o involucionas?


A medida que van pasando nuestros años de vida no nos damos cuenta totalmente de todo lo que hacemos, hablamos, transmitimos, creamos, pensamos y en que nos vamos convirtiendo. Hay muchas personas que cuando reaccionan y toman consciencia de ello, se miran al espejo,  y en vez de ver reflejado lo que creen que son, se sorprenden porque ven al personaje que han creado, como una especie de “Darth Vader”.
Cito al personaje emblemático y recordado de la saga de Star Wars, ya que me gustan bastante, porque son películas que transmiten bastante profundidad de la vida humana, a pesar de la ciencia ficción que les envuelven.
Este malvado hombre-máquina tiene mucha similitud en sus actos cuando creamos nuestro propio personaje. Se caracteriza por ser prepotente, inflexible, soberbio, con una obsesión bestial por lo que quiere, no existe el buen humor, ni la tolerancia, compasión y aprendizaje en este oscuro personaje.
Pero dentro de ese traje negro, con todas las características que he citado, se encuentra una persona vulnerable, con sentimientos, que cuando era niño (Anakin) transmitía ilusión, ganas, humor, talento, colaboración y admiración hacía sus maestros. Con el tiempo ciertas emociones comenzaron a habitar en él permanente, no las gestionó, dejó que le tomaran el control de su vida y terminó convirtiéndose en ese personaje despiadado, cuya esencia pudo despojarlo en el final de su vida.
A cuántas personas nos ha pasado esto en algún ciclo de nuestras vidas?, seguramente no igual que el personaje de la película, pero cuántas de esas características hemos tenido ó frecuentamos habitualmente?, ¡¡¡qué esperamos al final de nuestra vida para eliminarlo!!!.
He puesto el ejemplo de Darth Vader, por es muy visual de que ocurre cuando nos dejamos dominar por ciertas emociones, las cuales pueden convertirnos en un personaje totalmente diferente a lo que somos desde nuestra esencia.
Cuando estás atrapado por el personaje, no aprendes, no hay evolución, estás en una actitud de defensa y ataque constantemente, el miedo y la inseguridad son tus aliados, no disfrutas nada del camino y estás sumamente centrado en controlar todo, lo cual este estado provoca un estrés supremo.
Muchas veces actuamos creyendo que somos invencibles y lo sabemos todo, pero debemos entender que somos vulnerables, nos equivocamos, tenemos dudas, con lo cual es muy bueno pedir ayuda, valorar a los demás, aprender de ellos, agradecerles y buscar todas aquellas cosas que nos permiten evolucionar, ya sea nuevos retos ó situaciones incómodas.
Como todos sabemos la vida a diario nos da muchas lecciones, que habitualmente se presentan en hechos que no nos gustan, como puede ser un despido, una ruptura sentimental, un amigo que se va, una pérdida económica, algún problema de salud, etc…., con lo cual en esos momentos tenemos dos actitudes a utilizar. Podemos elegir paralizarnos, recrearnos en el problema, dejar ser dominados por el odio, el rencor, la ira y el victimismo. Tomando cualquiera de estas nos convertirá en alguien que no evolucionará y se quedará estancado.
En cambio si adoptas una actitud de aprendizaje, de aceptar lo ocurrido, entender que mensaje hay en ello, donde debes cambiar y evolucionar, habrás superado la prueba que te puso la vida, con lo cual esto te permitirá avanzar en tu camino hacia la plenitud.
Los importarte de todo esto es que Aprender, Evolucionar y Experimentar te hará más SABIO.

Gracias por leerme, Patricia Sánchez de León

3 comentarios:

Publicar un comentario

Estás invitad@ a comentar cuando quieras ....

Compartir

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More